Solo una mujer puede comprender los sentimientos de las mujeres que desfilan por la pluma de Simone de Beauvoir.
Esas mujeres rotas por dentro a causa del desamor de un hombre, o por los hijos, dos temas que quiebran a una mujer en pedazos.
Beauvoir escribe bien, interpreta en profundidad el alma femenina, conmueve, provoca reacciones viscerales. Quien la lee pasa a ser parte de la historia, quiere entrar a las páginas, sacudir a la protagonista, gritar que no haga estupideces, que jamás recuperará a su hombre con actitudes sumisas y humillantes.
“Así son los hombres”, dice la canción, se enamoran y ya no son… cuando se desenamoran es mejor dar puerta.
La amistad de 50 años que tuvo con Jean Paul Sartre parece haber sido algo parecido a un “matrimonio abierto”. En sus escritos autobiográficos, Beauvoir se refiere a su vínculo con Sartre como un “amor necesario”, en contraste con los “amores contingentes” que cada uno de ellos tenía con otras personas.
Su pensamiento se enmarca dentro del existencialismo y algunas obras como ‘El segundo sexo’ se consideran elementos fundacionales del feminismo.