El viernes 13 de abril estaba en la avenida NN.UU. de Quito “circulando” en el carro, pero realmente no circulaba nada, razón por la cual tuve que darme la vuelta e ir por un atajo. El tránsito en la capital se ha convertido en una odisea ya que no fluye el tráfico vehicular.
Es hora de romper modelos mentales y dejar de sacar el carro para transportarse dos cuadras, caminar y hacer ejercicio, y compartir el auto con gente que vaya a un mismo lugar. Todos sabemos la inercia e inacción de este burocrático e ineficiente Municipio que no ha hecho nada por mejorar aspectos como el transporte público, las veredas, las vías, crear más ciclovías, y sobre todo priorizar al peatón, no al vehículo.
La falta de cultura de los choferes hace que sea difícil ser peatón o ciclista en una ciudad poco amigable.
Es tiempo de reaccionar y exigir que Quito mejore su movilidad, pero también depende de todos nosotros contribuir con la ciudad para que no sea estresante.