Tenía que ser en Quito y en su fecha onomástica, que nuestras máximas autoridades den un buen ejemplo de civismo y respeto democrático. ¡Qué bueno verles compartir la mesa directiva y dialogar entre ellos!
El señor Alcalde fue muy explícito en exponernos las grandes obras que se han emprendido en el Distrito; sin embargo, nada dijo sobre las soluciones a los padecimientos de los quiteños de a pie, en su diario vivir. ¿Cómo se está enfrentando los problemas del transporte urbano y su caótico sistema de buses urbanos?, que no conocen o se niegan a reconocer que sirven a seres humanos; de los vendedores ambulantes y su proliferación, que se ha convertido en una lacra de la Ciudad, y que, según conocemos, están siendo oficializados, a través de concederles un permiso o especie de licencia.¿ Que se ha hecho para enfrentar a las mafias de los irresponsables comerciantes mayoristas, que son los verdaderos causantes de la proliferación de dichos vendedores ambulantes ?
El problema de la indisciplina y maltrato al usuario de los buses urbanos, es que nunca ha sido considerado un servicio público, sino un gran negocio; por tanto, hay que sacarle el máximo de rentabilidad y a los menores costos posibles.
Qué decir de las veredas y áreas peatonales, cada vez más escasas y descuidadas. En fin, hay mucha tela que cortar sobre el diario vivir y requerimientos insatisfechos de los quiteños. Lo importante es reconocer que parece ser que existe en el Concejo Municipal una buena intención de servicio a la comunidad.
En cuanto al Metro se refiere, el señor Alcalde anunció que desde el lunes siete del presente se socializaría el proyecto (en castellano se dice difundir el proyecto) ¿No es un poco tarde y a destiempo? Pues lo ideal hubiese sido que las consultas y difusiones se las haga previamente a la firma del respectivo contrato. Sin embargo, considero que aún estamos a tiempo de analizar lo siguiente:
En administraciones anteriores, si no me equivoco en la correspondiente al General Moncayo, el Municipio contrató unas obras de canales sobre el nivel 2.800 al pie del Pichincha, canales realizados para controlar las inundaciones provenientes de las quebradas del Pichincha. ¿Por qué no analizar la posibilidad de que el Metro, no sea subterráneo, sino paralelo a dichos canales de control? Posibilidad que a más de ser mucho más económica, pues no habría necesidad de perforar en las bases de las antiguas quebradas; especialmente de las delicadas y antiguas quebradas del Centro Histórico, sino que más bien tendríamos una vía externa, que a más del servicio de transporte masivo, nos ofrecería una vista panorámica de toda la Ciudad y sus maravillosos valles. Por otro lado, la conexión transversal, mediante líneas aéreas, también serían más económicas y probablemente mucho más fáciles de ejecutar. Esta idea no es nueva, hace muchos años, cuando en el Departamento de Planificación del Municipio trabajaban arquitectos de la talla del Arq. Mario Arias Salazar, se propuso una idea similar de transportación transversal de la Ciudad.
La Ciudad requiere resolver el grave problema de transporte masivo; por tanto, es recomendable poner lo mejor de la capacidad municipal para analizar lo más conveniente, más económico y sobre todo más cuidadoso de nuestro maravilloso Centro Histórico.
Claro está que al contratista escogido, no le causará ninguna gracia que venga una idea de eliminar el costoso túnel. Pero: ¿qué es más importante?: los intereses de la Ciudad o los de un contratista que se ha apresurado en contratar y un Municipio que posteriormente y tardíamente, está difundiendo el proyecto.
Las ideas expresadas ya han sido aplicadas en otras ciudades, tal el caso de Medellín, ciudad de topografía muy parecida a la nuestra; por tanto, bien harían los técnicos municipales nuestros, recabar información sobre dicho metro y tratar de aplicar lo aplicable en nuestro Metro.
Debemos insistir en el uso y abuso de la Plaza Grande. Usted, señor Alcalde y el señor Presidente, como máximas autoridades, tienen allí su domicilio; por nuestra representación en dicha Plaza Grande, recomendamos que hagan todos los esfuerzos posibles para reglamentar su uso; no es posible soportar por más tiempo, que el símbolo de la nacionalidad, sea usado para toda clase de manifestaciones.
Señor Alcalde, está muy clara su voluntad de servir a la Ciudad; póngala en pleno funcionamiento, sin mayores lineamientos políticos, sino con un auténtico afán de servicio a Quito.