¡Qué hermoso evento fue este Mundial! Comenzando por los anfitriones, todo perfecto, lleno de colorido, bien organizado, las infraestructuras grandiosas, las ciudades sedes, maravillosas.
Los cuatro equipos finalistas dignos representantes por el equilibrio mental, emocional y deportivo; Francia campeón merecido por su técnica y coordinación, Croacia vice campeón: luchadores aguerridos, sin discusión, fueron los mejores. Los deportistas de nuestro continente no cumplieron las expectativas, aún falta equilibrar el pensamiento con el sentimiento, demostraron más corazón que técnica. Impresionó la actitud de la cultura japonesa, algo que si no se hubiera visto no se hubiese creído.
Otro aspecto muy positivo fue la presencia de la señora Kolindra Grabar-Kitarovic, Presidenta de Croacia, que con su accionar trasmitió afecto, generosidad, sencillez ganándose el respeto y admiración.
Las representaciones de Uruguay, Costa Rica y obviamente Japón fueron calificadas como las de mejor comportamiento, pero también los aspectos negativos se hicieron presentes, la variedad de idiomas dio lugar a que los “patanes” de siempre abusen.
Respecto a nuestra selección, que no clasificó, a pesar de iniciar la etapa de eliminación con doce puntos evidenció una vez más el regionalismo, la prepotencia y la corrupción que imperan en nuestro medio. Ojalá en estos cuatro años que faltan para el próximo Mundial se mejore en todo aspecto.