Estoy totalmente de acuerdo con tomar medidas duras como las realizadas por el Ejército en contra de la minería ilegal en Esmeraldas. El Ecuador no es tierra de nadie y no se puede permitir que contaminen a todos, incluso a sí mismos, no paguen nada, y causen un grave deterioro ambiental a largo plazo. Un solo gramo de mercurio o arsénico contamina cientos de litros de agua, que luego va a mar y la absorben los pescados como el atún, que es de exportación.
Ojalá las mismas medidas se tomaran contra el tráfico ilegal de combustibles y gas que supera los 600 millones por año y el contrabando en pasos ilegales y alta mar. Así ya no habría que pensar en subir los impuestos para la salud. Hundan los barcos que se llevan ilegalmente nuestro diésel subsidiado.