Obligado por una circunstancia muy dolorosa que nuestra familia debió pasar, asistí a un procedimiento médico-legal en una sala de autopsias en la morgue de Machala. Para empezar, esa sala no tiene nada, absolutamente nada en lo que se refiere a tecnología de apoyo para realizar una investigación a fondo que determine las causas y las circunstancias de un fallecimiento. La sala es un simple cuarto cerrado, sin climatización, con una tétrica tina de cemento; no hay cámaras frigoríficas que guarden el cuerpo; no tienen rayos X, peor un equipo para escanearlo totalmente. No se conoce si existirán reactivos, tomas de muestras, microscopios… investigadores, técnicos. No se muestrean las uñas para saber si la víctima se defendió y talvez identificar al agresor. Esto simplemente es cosa de películas, de otros mundos, de series de televisión o de Discovery. Lo que debería ser un procedimiento de ayuda en la investigación, se convierte simplemente en un acto empírico, realizado por un empírico, ante empíricos, que solamente acentúa el dolor de una tragedia. Para completar, muchos buitres esperando afuera su carroña. Así se protegen los criminales.