Soy estudiante de una universidad cerrada, acudía a ella porque me ofrecía las condiciones de estudio que requería, pues soy padre de familia, empleado a tiempo completo. Como en el Servicio Público para mejorar ahora se estila la “meritocracia”, entonces busqué un título de tercer nivel que permitiera mantenerme en la escala de Servidores Públicos bajo la legislación de la Losep.
De todas formas, porque es muy difícil estudiar en estas condiciones acudía los sábados, al programa semipresencial que ofrecía.
Cierran la universidad porque dicen que es una estafa, qué cosa muy rara, a nosotros los estudiantes nunca nos consultaron, pues sentíamos que no era así, muy por el contrario el esfuerzo para aprobar un semestre era como el de cualquier otro estudiante, por lo que creo que no debió cerrarse.
Pero el drama no termina ahí, más bien comienza para los estudiantes, pues se acude al llamado Plan de Contingencia, abajo adjunto la barbaridad que arroja el sistema para mi situación: La única alternativa posible es la Universidad de Quevedo a tiempo completo, en horario presencial, ¿cómo? si yo vivo en Quito, trabajo y tengo familia.
Es el drama de quienes vimos una oportunidad de mejorar, pero ahora está truncada pues tengo aprobados 170 créditos y faltan algunos para terminar la carrera. ¿Esta es la gran estafa dicen de un lado?, pero es la gran burla desde el Gobierno.