El Dr. Carlos López fue enjuiciado y encarcelado. Los familiares de la difunta y sus abogados satisfechos y embolsados con una sentencia injusta y malhadada.
Todo con el aval de jueces y sucedáneos. Es el panorama perverso que con miedo y espanto vive la mayoría de la población, debido a la desinformación que aprovechan inmorales que miran solamente su beneficio propio.
Es descarada y depravada la actitud de la justicia que ha osado calificar al Dr. López como un ser despiadado. Se suma la publicidad que trata de llegar al corazón del público, pretendiendo demostrar la maldad de los médicos.
En vano disimulan y esconden su verdadero interés, el oprobioso fin de quienes piensan con el estómago y sienten el bolsillo. No acusan al hospital público donde acudió la paciente y no fue atendida. Acusan a la Clínica y al cirujano donde pueden encontrar con mayor facilidad producto para sus talegas.
Se pide justicia, comprensión, piedad. El Dr. Carlos López no ejerce profesión para asesinar; trabaja para curar, para aliviar el dolor y salvar vidas. Que se revise con serenidad los fallos que fueron equivocados. Que se acepte este error y se compadezcan con un profesional inocente, poseedor de una hoja de vida impoluta y privilegiada.