Aquí en Cayambe suceden cosas y cosas; en la plaza central hay un monumento inentendible, para mí es la gloria del despilfarro, sólo quien lo construyó sabe lo que quiso decir. Aquí en Cayambe hay una mutación progresista: la economía gira alrededor de las florícolas, la tranquilidad fue reemplazada por el bullicio y aparecieron con el auge los problemas sociales. Aquí en Cayambe, la inseguridad nos quiere dominar, mientras los dueños de bares, discotecas y karaokes se enriquecen, los vecinos tienen que soportar los escándalos y los asaltos. Aquí en Cayambe, estamos atrasados con el futuro, en otras ciudades hay agua potable, aquí no, la falta de previsión y de visión nos han desarticulado. Aquí en Cayambe, la gente es amable y buena, sus bizcochos le dan renombre, sus tradiciones son un legado de sus antepasados y su belleza ha quedado impregnada en su montaña.