La clase de líderes a los que ha estado acostumbrado el Ecuador es a los mismos de siempre, los que hacen callar para ser escuchados, los que detienen el futuro por exigir uno mejor, los que buscan el poder para ser poderosos, nuestros “líderes”, en reiteradas ocasiones, sobresalieron y llegaron a ocupar cargos públicos por su participación en reiteradas manifestaciones.
Hoy nos lideran o nos gobiernan, los imprescindibles, los intelectuales, los de las mentes lúcidas, aquellos que tienen la capacidad de formular 40 cambios a una ley, en menos de 24 horas, son los mismos de siempre, todo lo pueden, ellos son y tienen la verdad, lo correcto, en sus manos está el futuro “prometedor” del pueblo, que hoy más que nunca calla y hablan los que hacen callar.
Son únicos, se creen los elegidos, calificativos que textualmente no lo dicen, pero que en reiterados discursos y espacios, muy amplios por cierto, hacen entender, nadie les puede recomendar, mucho menos corregir, lo que hacen es lo mejor.