El clamor de la sociedad libre y democrática fue escuchado por el Gobierno y el resultado se materializa en la reforma a la Ley de Comunicación, denominada Ley Mordaza, la cual se convirtió en el instrumento de persecución del gobierno anterior hacia los medios, los periodistas, representantes del sector empresarial, organizaciones sociales, entre otros.
La Ley Mordaza entró en vigencia el 25 de junio de 2013, un día nefasto y de triste recordación para la sociedad ecuatoriana. El artículo 55 de la mencionada ley constituye el mecanismo dantesco que conculcó el derecho de libertad de expresión. Se trata del artículo que dispone que la “Superintendencia de la Información y Comunicación es el organismo técnico de vigilancia, auditoría, intervención y control, con capacidad sancionatoria, de administración desconcentrada”, etc.
Sus erróneas decisiones sancionaron a varios medios, sin justificación alguna, decisiones que hoy la Justicia se encuentra rectificando. La Ley Mordaza fue censurada por diversos sectores académicos, empresariales, diplomáticos, etc, por ser un mecanismo de represión contra la libertad de expresión. Una figura particularmente catastrófica fue el denominado “linchamiento mediático”. El periodismo de investigación, se convirtió en la herramienta de trabajo de corruptos quienes tenían la capacidad legal de demandar a un medio de comunicación o un periodista por denunciar un hecho de corrupción.
La reforma a Ley Mordaza contiene importantes aciertos, elimina tanto el linchamiento mediático así como la inquisidora Supercom, devolviendo el derecho de ejercer la libertad de expresión, considerando los acuerdos internacionales sobre derechos, como la Declaración de Chapultepec.