Con el aplauso de la mayoría de los presentes en la audiencia de juzgamiento, el periodista Martín Pallares fue declarado inocente de las acusaciones que el ex presidente Correa había planteado en su contra, lo cual demostraría que, por fin, la función judicial comienza a actuar bajo sus propios criterios y con independencia del ex dueño del país.
La persecución a la que las autoridades anteriores le habían llevado, no doblegaron su espíritu luchador, sino que le condujeron a enfrentarlas, porque era la única manera de hacerse respetar utilizando las mismas armas.
Ojalá la independencia con la que han actuado los jueces en este caso, sirva de ejemplo a los demás, porque los castigos a los disidentes de la revolución creería que se han terminado y el juzgamiento de las personas comienza a hacerse con imparcialidad e independencia, como lo garantiza la Constitución en su artículo 76, numeral 7, literal k.