Vivo en Quito y quiero mucho a esta ciudad con sus hermosos paisajes, sus parques, espacios verdes y ciertos sitios adecuados para hacer deporte, como el paseíto que hay en la av. González Suárez para todos quienes practicamos algún tipo de deporte en las primeras horas de la mañana, para relajarnos y pretender estar saludables. Pero lamentablemente todo esto no puede ser posible, porque con solo salir de nuestras casas a partir de las 06:00 empieza un desfile de buses escolares que deja su gran estela de humo negro maligno, el cual obviamente va en detrimento de nuestra salud de manera implacable. Ante esto, de nada sirven los caminitos adecuados ni los ejercicios para mantenernos medianamente saludables. Es realmente lamentable que un país que se está promocionando turísticamente a escala mundial y que proclama que trabaja para mejorar el medioambiente, mantenga esta lacra contaminante en todas las ciudades del Ecuador. Esto abre interrogantes: ¿somos menos que tercermundistas?