La decisión de los seis países, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y Paraguay, de suspender su participación indefinidamente en el bloque, vuelve a poner en tela de juicio la integración regional. La unificación Sudamericana, es un concepto histórico para la región, esto se puede evidenciar desde el inicio de la vida republicana cuando Simón Bolívar propuso la confederación de los Estados de América. A pesar de su carácter histórico, la integración sigue siendo una iniciativa, más que una realidad.La historia de América Latina, ha estado marcada por la dependencia hacia las metrópolis y centros financieros, lo que ha generado una falta de autonomía y la imposibilidad de tomar decisiones propias, en relación a nuestro contexto. En el marco de la globalización actual, con el dominio de los capitales transnacionales, la creciente desigualdad y la progresiva pérdida de relevancia de la región, la integración se vuelve a un más necesaria.Es indispensable entender que la unificación es la única forma de conseguir mejores alternativas para la región, la capacidad de negociación aumenta, al igual que la autonomía. Pese a que el modelo de Unasur, tiene problemas estructurales, no se debe perder de vista su propuesta de integración profunda, que es innovadora y positiva para la región. La integración, debe estar sobre cualquier corriente ideológica, debe ser una propuesta estructural de todos los países latinoamericanos. La integración no es una opción, es una obligación.