La carta de Juan Guato Pozo de 25-12-2011, compara la inseguridad aquí con la “segura” Cuba. En primer lugar, el Gobierno actual es el más afín al comunismo cubano en cuanto a ideas y políticas de nuestra historia, y la inseguridad aquí ha aumentado sobre todo en sus 5 años en el poder; es obvio que sus acciones (libre ingreso sin papeles, requisa de armas, despenalización de delitos “menores”) han incidido.
En segundo lugar, la población de Cuba, pese a sus avances y ventajas, tiene poca liquidez monetaria (cartillas de racionamiento), y pocos bienes considerados suntuarios (vehículos, computadores, etc.), algo no siempre evidente para un visitante extranjero. Además, allá existe pena de muerte (aquí, el que la sugiere es tildado de “fascista”). ¿Qué incentivo habría para el delincuente común?
Varios gobiernos de extrema izquierda que han llegado por elecciones, hasta consolidar su poder total, han permitido, cuando no propiciado, el desorden y la inseguridad por elementos “incontrolables” a fin de crear el ambiente de temor en la población que justifique aplicar métodos totalitarios. Una vez afianzados, la inseguridad disminuye o al menos no es evidente. A veces, sin embargo, esta ha provocado reacciones como en España (1936) y Chile (1973), que desembocaron en violentas dictaduras de signo contrario.