Los futbolistas ecuatorianos y del mundo deberían tomar la decisión de NO jugar bajo el membrete de la FIFA y sus aliados (asociaciones), e iniciar una verdadera trasformación del fútbol profesional conformando una nueva federación con exfutbolistas y dirigentes serios, con períodos de no más de 5 años, y que todas las millonarias ganancias se dividan entre los que dan el espectáculo en los estadios, con las federaciones de cada país, pero con la obligación de presentar cuentas públicas, hasta sobraría para hacer obra social, etc.. Y así, por fin terminar con la mafia más poderosa del mundo la que ha servido para que un grupo de vivarachos por más de 80 años se conviertan en millonarios. ¿Qué país o que futbolistas toman la valiente iniciativa? Esa es la gran pregunta. Sin duda, el pueblo amante del fútbol les apoyaría.