El escenario político en la próxima contienda, presupone un análisis de situación, la fuerza electoral medida en votos, la capacidad logística y financiera y la campaña.
Frente al apabullante poder del candidato oficialista, su campaña de cinco años, obra y dinero del Estado que ocupará a pesar de las restricciones de ley, la parcialidad del CNE, es difícil revertir las opciones del contendor a vencer.
Si los argumentos anteriores no los convencieron, el nefasto episodio habrá logrado unirlos.
Hay que descomponer un padrón de 10 millones de votantes, de los cuales el candidato presidente tiene 3.5 millones (35%) y puede ser fácil, si media una buena estrategia.
Los votos de la izquierda serán de mucha ayuda para restar votos al candidato oficialista.
La unión de los centro-derechistas, es fundamental en otra alianza de candidato único.
La nominación de un ‘outsider’ es básica para que no puedan atacarlo por sus actuaciones previas.
El presidente-candidato es el que tiene mayor vulnerabilidad, gracias a su desempeño autoritario, su incapacidad de gestión y la no sustentabilidad de planes, además de los altos niveles de corrupción del Régimen.
Recordemos que en México, la unidad del segundo y tercer lugares pudieron significar la pérdida del PRI.
Si Lucio, Noboa y Lasso unen sus fuerzas electorales, si la izquierda logra sacarle votos a Correa, una buena campaña los puede llevar a una segunda vuelta en la que el autoritarismo perderá y el país volverá a respirar.