De cuando en vez, la política produce unos seres que se convierten en estrellas mediáticas, con enorme poder, fuerte personalidad, algunos con desplantes y dosis elevadas de hedonismo. Ciertamente en épocas recientes destacan Napo Villa, el supercuñado, Carrión el come cheques, Pesántez, elegante, prepotente y superchévere, Cuero, amigo de la TV y gran cacao en el puerto, también el Quinto uruguayo, ecuatoriano nuevo.
¿Dónde andarán ahora? ¿Extrañaran el boato, la guardia, los choferes, las cámaras, los restaurantes finos y las canonjías del efímero estrellato? ¿Regresaron a lo que fueron? Es decir personas posiblemente ignoradas en su medio, de poca o ninguna trascendencia. Creo que debería servir de ejemplo a las estrellas fulgurantes del momento, a los corchos, borregos, poetas y poetisas, a los Mauros y Pacos que el poder y estrellato que hoy tienen terminara algún día y muchos retornarán a lo que fueron, muchos a la nada, los más al triste anonimato de donde salieron en un momento único que no se repetirá. ¡Las glorias son pasajeras, ya lo verán!