Como en el caso de Glas, muchos las defienden porque piensan que son una “maravilla” y otros porque creen que las “utilidades” que generan deben financiar las inversiones públicas, pues si fueran de carácter privado, sostienen, que para lo único que servirían es para acrecentar el patrimonio de los “pelucones”.
La realidad demuestra que sin los subsidios del Estado, nunca generan utilidades, al contrario enormes pérdidas, irresponsabilidad, abuso en su manejo y peculado permanente. En efecto, lo que está descubriéndose en el manejo de los medios de comunicación a cargo del Gobierno, es alarmante, porque si se tratara de empresas privadas, los gerentes hubieran sido cancelados y establecidos en su contra los perjuicios causados, pero como se trata de empresas públicas, no ha sucedido nada, esperando que, al menos, la Contraloría establezca las responsabilidades.
Lo preocupante del caso, es que la Empresa de Medios Públicos, es apenas una de tantas creadas por Correa en la “década ganada” por lo que bien vale pedirle a la Contraloría que examine las cuentas de otras empresas como la minera, Ecuador Estratégico, unidad de almacenamiento, Ferrocarriles del Ecuador, Cementera del Ecuador, Correos del Ecuador, porque aunque no se crea, a más del gerente titular de cada una de ellas, estaban, para su mejor funcionamiento, “planificadas, articuladas y controladas” por la “Empresa Coordinadora de Empresas Públicas”.