En una escala de 100 puntos Transparencia Internacional ubica al Ecuador con 32 puntos como uno de los 12 países más corruptos de América Latina en el año 2012, confirmando el ‘ranking’ alcanzado en los últimos años. Los ecuatorianos sentimos vergüenza y dolor por semejante concepto del país a escala internacional, claro, se dirá que Venezuela, Paraguay, Honduras y Nicaragua son mucho más corruptos que nuestro país (consuelo que nos queda) pero ¿quiénes son los socios de Ecuador?, estos mismos países. Chile, Uruguay, Puerto Rico y Costa Rica se ubican en los primeros lugares de los países con mayores niveles de transparencia. Se dice también que América Latina salió bien librada de la última crisis mundial pero es la región con mayor índice de violencia y donde la desigualdad no permite mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. ¿Será que la concentración de las funciones del Estado en un solo poder, la intervención en todos los organismos de control, la falta de fiscalización de la Asamblea Nacional, la falta de información de los ministros y altos funcionarios de Estado son entre otros los factores para que el Ecuador dispute los primeros lugares de corrupción en América Latina? Los honestos somos más pero la violencia en cualquiera de sus formas, el maltrato verbal, físico y psicológico convertidos en nueva forma de control, el “informar a la ciudadanía” en largas y tediosas cadenas impositivas y estigmatizantes, así como el miedo y la sumisión son factores preponderantes que hacen de la corrupción un nuevo estilo de vida. Transparencia Internacional ha encendido las alarmas, ¿será que tienen la razón o habrá que descalificarlos de la misma manera que se hace con la prensa independiente que pone al descubierto actos de corrupción que pretenden ser olvidados?