Es política de todo gobierno proteger al sector que aglutina masas en busca de calidad de vida, las transformaciones en la conducción de estas organizaciones deben garantizar un control operativo ético y social, la cooperación es el modo conductor de este sistema, lamentablemente muy poco se ha podido constatar en cambios, los herederos del cooperativismo siguen administrando a la economía social y solidaria a su antojo y placer. Se constituye en botín de operaciones poco visibles y transparentes, vaya que la economía financiera se mueve con esmero, aquí tenemos los ingresos sin control en las categorías de vivienda, transporte y ahorro y crédito. Las preguntas son: ¿quién controla? ¿cuánto saben? ¿qué parámetros cumplen? ¿hay seguimiento?
La ruta del éxito está en la corrección de los procesos, cumplimiento de la ley y compromiso con el sistema. De ello no hay evidencia. Proveemos lo manifestado, hay ventas, cobros, administración a diestra y siniestra, y esto podemos probar en el mismo Distrito de Quito, sector Quitumbe. El manejo está en comerciantes, traficantes de tierra, que permanecen en los cargos, o dan facultades para que administren y se burlen de la ley, sin que nadie les diga absolutamente nada.
La rendición de cuentas se ve como favores entregados en beneficio de los socios, lástima que aún se humillen y se violen derechos por el desconocimiento o simplemente por la prepotencia de dirigentes que jamás piensan en el bien común. Formar y administrar una cooperativa lo ven como una plataforma de transformación económica personal, la mentira y el engaño es pan de cada día “basta ya” obren con decencia y ayuden a cumplir los sueños de gente que confío y entrego sus ahorros en busca de vivienda propia.
La historia pone como un sistema ejemplar y no se equivoca, la nueva Ley es para aplicar, encontremos los mejores perfiles de buen uso, pongamos en evidencia el cumplimiento de principios y fines y de una vez por todas desterremos a usureros de este sistema. Que los hay ¡Claro que los hay! Es cuestión de auditar y ver cuánto se avanzado. No mucho, más de lo mismo y muy poco de nuevos lineamientos que ayuden a formar un sistema sustentable. Que tenga como premisa el buen vivir, la buena práctica de convivencia, la sociabilización de los entes y los costos/ beneficio que representa hacer del sistema cooperativista un aliado estratégico de progreso y bienestar social para la familia y para el desarrollo del país.