Cada día que pasa, se tiene más xenofobia y discriminación a nuestros hermanos colombianos, que se refugian en nuestro país huyendo por la inseguridad y temor de perder su vida. Debemos tener más comprensión por ellos, que dejaron atrás familiares y añoran su terruño.
En el mudo hay seres buenos y malos. Obviamente, hay colombianos que son dignos, excelentes personas, amigos sinceros, humanitarios, entonces y ¿por qué las guerrillas y sembríos de la coca?, colombianos que prefirieron sacrificarse, dejar las comodidades de las ciudades e internarse en las intrincadas selvas, para luchar por sus derechos sociales. Protestar de esa desigualdad extrema donde hay ricos muy ricos y pobres muy pobres y ese el resultado de políticos corruptos que gobernaron con un capital humano capaz de crear riquezas y no le permitieron la oportunidad.
Pero para el mundo, Colombia, es la oveja negra de Latinoamérica (injusto, también hay colombianos muy honorables).