Dentro del conjunto de cosas que hay que efectuar y a veces diariamente en diferentes entidades públicas y privadas, para el despacho de trámites, por A o B circunstancias, es lamentable tener que soportar cierta desidia del sector público (y del privado también, como las colas en los bancos en los que no siempre atienden todas las ventanillas), pues es conocida esa frase de “venga mañana” u otro día, que es lo más frecuente. Hace pocos días estuvimos varios ciudadanos tratando de hablar con alguien que nos dé información sobre la patente y otros temas administrativos en las oficinas del Municipio de Quito; lastimosamente, la persona encargada no estaba en ese momento allí, se había ido a una reunión; y otro funcionario que nos atendió por breves minutos también se fue a una reunión en ese rato (alguien dijo que la administración pública adolece de “reunionitis”).
Lo desagradable es que sólo atienden las oficinas ciertas horas, ya en la mañana o en la tarde, y frente a esto sería lo ideal que atiendan todo el día, pues los usuarios necesitamos que los trámites o petitorios sean despachados ágilmente para no perder tiempo . Y a veces toca “correr” a otra dependencia pública por otro trámite, y también allí es imperativo el turno, que a veces demora mucho. Se espera que ojalá se componga esta situación en pro del ciudadano común, que aguanta este atropello, con santidad y silencio.