Hace unos años en una maniobra bastante turbia y de tinte político, los derechos de transmisión de TV de los partidos de los equipos profesionales de fútbol pasaron de los canales privados a los públicos. No se respetaron contratos firmados y salvo dos o tres equipos, el resto no protestó. Ahora que llegó la crisis al Gobierno, los canales ya no tienen para pagar los derechos de este año. Para los equipos que ya venían arrastrando una situación crítica desde el 2015, este rubro es muy importante para financiar sus presupuestos.
Ahora sí todos los equipos reclaman a la Federación Ecuatoriana de Fútbol por el pago de los mismos y el problema es que la Federación no sabe a quién reclamar, si a los canales pú-blicos o al Gobierno.
La moraleja de esto es que cuando la política se involucra en otras actividades, estás termi-nan contaminadas y perjudicadas. Y este Gobierno ha involucrado la política en todas las ac-tividades del país.