Con mucho dolor y decepción he leído el texto suscrito por Miguel Macías Carmigniani en el que tacha de “repugnantes” a las personas homosexuales y transexuales. Como lectora de este diario desde hace muchísimos años, creo firmemente que nos deben una disculpa a todos los lectores que NO compartimos el sentimiento homofóbico del señor Macías. Si amparados en la libertad de expresión van a dar cabida a este tipo de apologías del odio, lo responsable -como medio de comunicación y siguiendo los fundamentos de la ética periodística- es que publiquen simultáneamente otros puntos de vista.
En el Ecuador, felizmente, habemos quienes entendemos que el amor no tiene género, que el Estado y la Iglesia no tienen derecho alguno de entrometerse en la vida amorosa y sexual de los ciudadanos, que es absolutamente discriminatorio pretender negarle a una persona sus derechos y libertades so pretexto de un “desvío antinatural” gracias a su inclinación sexual. Confío en que, siendo un diario con una gran trayectoria, publiquen otro tipo de opiniones.