Estoy totalmente contrario de que un político corrupto que en su vida ha abierto un quiosco, mañana abra una cuenta millonaria en algún paraíso fiscal para que le depositen las coimas que obtuvo por sobreprecios en mega obras. Eso es robo y debe ser castigado con todo el rigor de la ley.
No se debería manipular el escándalo de los papeles de Panamá, en donde si bien se sacó a la luz estos casos de robo; también se atentó a la privacidad de ciudadanos honestos que son tratados como criminales, porque prefirieron mover dinero honestamente ganado a paraísos fiscales huyendo del infierno fiscal que el propio gobierno ha creado. Si un individuo o empresa ha obtenido ganancias legítimas y ha cumplido con las obligaciones tributarias en el país donde generó esa riqueza, ese individuo o empresa puede mover su dinero a donde crea más conveniente, bajo estas condiciones el tener dinero en el extranjero no solo es legal, sino es parte de un derecho humano fundamental.
El problema de los paraísos fiscales no se lo puede resolver con una simple consulta, pensando restarle votos al candidato opositor. Este problema se lo debe enfrentar abiertamente iniciando un análisis del código y regulaciones tributarias, creando un sistema que sea fácil de cumplir, que de seguridad jurídica y que garantice la propiedad privada.
Si el Estado de bienestar es indispensable para tener votos para la próxima elección y hay que sostenerlo a como dé lugar, con un sistema impositivo que desacelera el crecimiento económico, se creará un monstruo que a corto plazo se convierta en un infierno fiscal. Este sistema perjudica a todos, y fomenta la huida de capitales.