En los 110 años de tu milagro de amor, nos postramos Madre ante tu Dolorosa faz. De tus ojos en llanto por lacerante dolor, brotaron tus perlas en nuestro Ecuador. Y frente a tus ojos otros ojos jesuitas, un 20 de abril de luz se llenaron. En 110 años incontables miradas, ante ti muy devotas expresándote amor.
Madre del Redentor, consuelo del Ecuador, con nosotros siempre nunca dejes de estar. En tu corazón espadas, en tus manos espinas; y los clavos de la cruz de tu amadísimo Jesús.
Concédenos, Madre, por tu fiel intercesión, el perdón de las culpas y hacia el cielo llegar. En los difíciles tiempos que hoy vive la nación: ¡Socórrenos, Oh Madre; y acepta nuestro amor!