Luego de una vida, entregada al noble servicio a la comunidad y al país, siendo un aporte fundamental para el desarrollo, llega el momento de la jubilación, momentos tristes, pues deja atrás toda una vida llena de experiencias, de buenos momentos y también de los otros, con una experiencia que no se iguala a los “masterados” de moda, o al mejor doctorado, la experiencia de más de 30 años de aporte al país, no tiene semejanza con estudio alguno.
Lamentablemente, se llega a la edad de la jubilación y termina sus relaciones laborales con la institución, recoge sus cosas y adiós, al día siguiente pasa a formar parte de ese gran ejército de desocupados, de aquellos que solamente somos el recuerdo, de aquellos que servimos de inspiración para que en la Constitución se escriban lindas frases y no se respeten, para dar vida a un llamado “buen vivir” que de buen vivir no tiene nada.
Vaya mi saludo cariñosos a aquellos que hicieron patria, que contribuyeron al desarrollo del país, que han hecho a esta patria grande y que son lo más valioso que un país puede tener, los adultos mayores, los jubilados, aquellos que siguen luchando solos por sobrevivir, en un mundo injusto y sin equidad.