Lamentable ver el diario vivir o cuento de nuestra realidad ecuatoriana en relación a la política, que se convierte en modus vivendi. ¿Dónde se quedaron los valores inculcados por nuestros padres? Hoy lo más común es robar, atacar, insultar, perseguir, maltratar. El recuerdo de mi niñez: respeto ante todo, honradez, responsabilidad, compañerismo, solidaridad. Gratificaciones y amonestaciones merecidas.
Sin querer exonerar acciones previas, los tiempos antiguos fueron mejores; ningún exceso es bueno. Cuando se manipula nada sale bien, fuimos sometidos a un oscurecimiento electoral, pese a que protestamos, gritamos, lloramos: buscando una solución para nuestro país; “no lo logramos”, pero dentro de los males: preferible lo actual, antes que la década pasada: que es interminable poder detallar.
Pobres nosotros, pobre nuestro país. Nada es excusa para llegar a la situación actual.
Ofrecimientos sin logros, millones en paraísos, Leyes no concordantes, cirugías “lo máximo” sin aplicación. Señor Presidente, usted hoy es la cabeza; libérese de ineptos, corruptos, truhanes, mafiosos, etc.
Ecuatorianos somos, y sí existimos personas honestas, responsables, preparadas.