Carlos Navarrete
En nuestro país con mucha frecuencia se escucha a los protagonistas de la política expresarse de una manera sutil y muy locuaz en el momento de hablar en favor de los derechos de los trabajadores públicos o privados. Pero lo que nadie comenta es de las fabulosas ganancias que adquieren ciertas empresas que declaran pérdidas o simplemente inversiones falsas o verdaderas que a la luz son muy difíciles de demostrar por la astucias y argucias de los magos de los expertos en economía. Por ello, en definitiva, el empleado se encuentra verdaderamente acorralado al ver frustrada su tan anhelada aspiración de recibir sus utilidades bien ganadas las mismas que desaparecen por acto de magia una vez concluida la contabilización que declaran las empresas, las mismas que siguen creciendo a vista y paciencia del pueblo, siendo marginado sus derechos por las leyes que a pretexto de inversión o pérdida los grandes capitalistas se están llevando el dinero del bolsillo del trabajador. ¿A quién pregunto?