Manuel Betancourt Villota
Resulta totalmente absurdo que la Asamblea Nacional, en un acto irreflexivo, haya aprobado la eliminación de la obligatoriedad de asistir al curso en las escuelas de conducción para la licencia no profesional, cuando las estadísticas señalan que la mayoría de accidentes se debe a errores humanos, por incumplir las normas de tránsito o desconocimiento de las mismas.
Al contrario, lo que debió hacerse es el aumento de carga horaria para los cursos y el refuerzo de materias pertinentes para tener verdaderos conductores y para ello se requería una severa vigilancia a estos centros de enseñanza, por parte de la autoridad que los controla. Todo el dolor y las lágrimas que se han derramado en los recientes accidentes por la pérdida de vidas de muchas personas, obliga a repensar que no es el aumento de penas la solución, sino la formación integral de las habilidades respectivas y comportamiento cívico que deben inculcar estos institutos de conducción. Creemos que el Ejecutivo al estudiar el Proyecto vetará la parte pertinente a esta inquietud ciudadana.