El anhelo de toda persona es mejorar sus condiciones de vida, propender a que nuestros hijos tengan mayores oportunidades y nos superen en toda forma. Este criterio nace del núcleo predominante de la sociedad, que es la familia.
El titular de la cartera del ‘Buen Vivir’, Sr. Fredy Elhers otrora presentador de un programa televisivo de gran audiencia, pregonaba que, con las letras que forman la palabra Ecuador, se puede crear la palabra acuerdo. Al parecer, hizo un pacto con el fin de beneficiarse de una dependencia estatal quimérica, donde el ocio transcurre con meditaciones y prácticas de ágapes. Ocupó cargos públicos del más alto rango, con paupérrimo desempeño, percibiendo onerosos sueldos y partícipe de un devastador ‘buen vivir’.
No se puede generar el ‘buen vivir’ a través de la creación de ministerios, decretos o verborrea. Es importante el buen ser, para luego bien tener, y finalmente buen vivir. La educación y cultura no solo se mide por los conocimientos de la persona, más bien por los valores morales.
Millones de dólares “malgastados”, para sufragar dependencias estatales inservibles; ¡que provechoso hubiese sido distraer estos fondos!, para ofrecer con mística a personas que verdaderamente necesitan, para paliar la tragedia provocada por la naturaleza y socorrer a pobladores de nuestro terruño, que viven en abandono y padecen de eternos terremotos humanos.