Estoy para atenderlo esmeradamente señor, no puedo aceptar regalos o propinas, me dijo una enfermera del Hospital del Día. Teodoro Maldonado Carbo (emergencia).
Después, de atenderme, con amabilidad, la doctora, me proporcionó los medicamentos que requería para bajar la alta presión arterial que me agobiaba, pasé la noche bajo el cuidado de una doctora y enfermeras, que me proporcionaban los medicamentos. Me sentía tan agradecido por la atención que prodigaron, que tenía que demostrarle mi gratitud, pero no aceptaron. Ellas, estaban cumpliendo con su deber. Gracias, mil gracias.