Todas las grandes ciudades del mundo civilizado la tienen, Quito también, las barredoras de diésel viales y calles. Guayaquil, las tiene una pequeña, en exclusiva para el Malecón 2000.
Pasó la Navidad e inició el año nuevo 2016, con sus vías, calles y avenidas como la emblemática 9 de Octubre y regeneradas deprimentes y sucias. Con varias toneladas de residuos extras, de tarrinas, comidas, excrementos de humanos y perros, por suerte no ha llovido y no han aparecido los grillos, basuras y olores nauseabundos por doquier y así nuestras autoridades dicen que nuestra querida Guayaquil es una ciudad turística por excelencia.
Sus barrenderos con uniformes deprimentes, apestosos a sudor, con herramientas inusuales para la limpieza. Bueno, su estado físico macilentos por falta de una alimentación adecuada y de chequeo médico, son como fantasma que a poco barren nuestra querida ciudad.
Es necesario inicialmente, adquirir unas diez de estas barredoras de diésel para vías y calles, hay varios de tamaños de acuerdo a la necesidad. Además, fuertes multas a ciudadanos que tiren basura en calles de la ciudad. “Esta crítica está ceñida a la verdad, no es política”.