Para explicar al mundo el acuerdo nuclear con Irán, el presidente Barack Obama ofreció una larga rueda de prensa, en la cual respondió a decenas de periodistas, que hicieron incisivos cuestionamientos sobre tan delicado tema.
Impecable, profundo, conocedor del tema, sin evasivas, agravios ni improperios en contra de nadie, aclaró tan delicado asunto, guardando siempre un tono amable y hasta jovial.
Qué diferencia con los Chávez, Maduros, Fernández y otros autodenominados “socialistas del siglo XXI”, cuya agresividad aflora ante el más mínimo cuestionamiento.
Para justificar su “amor al soberano” y su consecuencia política no son necesarias las tarimas ni los gritos destemplados, peor utilizar la excelsa figura del papa Francisco en los ‘spots’ televisivos.