Los pueblos utilizaron la bandera desde la antigüedad en sus empresas guerreras para distinguir los diferentes cuerpos del ejército; pero se la encuentra por primera vez en Egipto como emblema de agrupación étnica. Nuestro tricolor nacional, con algunas modificaciones, es el mismo que en 1806 enarboló el general Francisco de Miranda. Aprobado por el Congreso de Venezuela, el 14 de junio de 1811, flameó triunfante llevada por Bolívar hasta las cumbres del Potosí. Presidió las legendarias luchas de Carabobo, Boyacá, Pichincha, Junín, Ayacucho, Ibarra, Portete de Tarqui.
La bandera constituye “insignia viva de la nacionalidad”, resumen de nuestros derechos y deberes. Hoy, algunos ciudadanos reclaman derechos y olvidan que tienen deberes como desempeñar honradamente cargos públicos, respetar las opiniones ajenas aunque no las compartan, ser aprovechados estudiantes, padres responsables con la manutención de los hijos, ser solidarios con las personas necesitadas, etc.
Bien dijo Federico González Suárez que esta bandera, que honró la diestra triunfadora de Bolívar y Sucre, no la debieran tocar quienes no tuvieran las manos limpias y generoso el corazón.