Cada vez más, con el ánimo de justificar la inacción de la Asamblea, escucho con estupor manifestaciones que pretenden ser “sabias” y que se nota ese afán por las sonrisas de superioridad que acompañan dichas manifestaciones por parte de asambleístas, que los asambleístas no son investigadores.
Yo no sé si cuando acceden al cargo de asambleístas lo hacen por inercia, por novedad o por simple vanidad, lo que justificaría el hecho de que no tengan claro cuáles son las obligaciones. El día de hoy, en una especie de tertulia en televisión, escuché (y vi) a una asambleísta de Alianza País decir enfáticamente y con esa sonrisa de superioridad, sostener nuevamente ese disparate de que no son investigadores.
Me permito recordarle a la asambleísta en cuestión, doña Soledad Buendía, que el cargo de asambleísta conlleva la responsabilidad de fiscalizar a los funcionarios públicos. Esto consta entre las obligaciones de ellos pero al parecer, el que no haya sucedido durante diez años ha hecho que olviden esa obligación.
Desde mi punto de vista, la fiscalización lleva implícita la tarea de investigar. De manera que quienes con euforia defienden la inacción en este campo, o desconocen sus obligaciones, o, tienen algún interés en no hacerlo. Señores asambleístas, para fiscalizar ustedes deben investigar, caso contrario resultará imposible que se haga una fiscalización, o es eso lo que pretendemos?