El señor articulista Luna Tamayo, en su confuso comentario, afirma que el “más grande y exitoso partido político de todos los tiempos” ha sido la Iglesia. Según su criterio “los grandes líderes” como: Marx, Lenin, Mao, Stalin, hoy han sido olvidados, por el nuevo socialismo, cito sus palabras: “Que en sus prácticas políticas no solo copian a las Iglesias su manejo de lo divino, sino que recrean las habilidades manipuladoras de los viejos partidos comunistas”.
Todo esto no es más que un deslenguado ataque a la Iglesia Católica, endilgándole a ella las degradantes prácticas del chavismo, manejadas hoy por el inmaduro Presidente venezolano, quien considera a su Comandante, como “el Cristo de los pobres”. Esta enorme falacia, que al mezclar lo sórdido con lo sagrado, pone a caminar al fariseísmo político.
Señor comentarista, la Iglesia no hace política, no está ligada a ningún sistema político; es un baluarte contra toda tentación totalitaria; es defensora de la verdad, de la dignidad, de los derechos esenciales de la persona, su finalidad es salvar y llevar a todos los hombres y mujeres a su destino eterno.
Penosamente después de 21 siglos de historia, seguimos escuchando los mismos ataques a la Iglesia, por parte de quienes estando ciegos a la verdad, desconocen el valor fundamental que tiene la Iglesia Católica en el mundo.