El 9 de diciembre, aproximadamente a las 10:35, en una compañía de transportes al norte de Quito, mi hijo Héctor Ross Padovani, quien había comprado en la tarde un pasaje para las 10:50, con destino a Guayaquil, a la señorita de la ventanilla, se le entregó un boleto para las 10:20; encontrándose en dicho terminal, preguntó por el carro de las 10:50 enseñando su boleto, a un oficial indicándole este, que ese boleto era de las 10:20 y que el carro ya había salido.
Mi hijo, sorprendido dijo que su pasaje lo había pedido para las 10:50, este señor en forma agresiva, dijo que no podía ayudarlo y que si quería hablara con el Gerente, un señor mayor y de entradas canas. Como la puerta de la oficina se encontraba abierta, ingresó saludando, y este ‘señor’, con tono grotesco indicó que hacía en su oficina, tratándolo de delincuente. Insistiéndole lo ayudara el error era de su empleada, lo botó de la oficina con palabras gruesas no fáciles de repetir, ante esta reacción mi hijo le dio un golpe con la mano al vidrio de la puerta, siendo suficiente para que el hijo del ‘Gerente’ y cuatro sujetos más brutalmente lo golpearan lesionando su nariz y mano, amenazándolo con llamar a la Policía si no se largaba, ya que lo iban a acusar de haberles querido robar, ante la llamada de mi hijo intenté comunicarme con este señor, al identificarme y pedir una explicación fui objeto de insultos.
Es lamentable que frente a un servicio público estén esta clase de personas, debería el Ministerio de Transporte al otorgar los permisos, no solo verificar el estado de las unidades de transporte, sino también, de quienes van a estar al frente de estas, ya que el público no puede ser objeto de abuso e intimidación como en el caso que denuncio, ante esta lamentable situación señores usuarios antes de viajar en compañías como estas pensémoslo más de dos veces.