Admiro de su tarea como Primer Mandatario, el trabajo de la revolución ciudadana bajo su liderazgo, ha sido casi impecable, hasta ahora. No manchemos de petróleo a un fenómeno político que está construyendo las bases de vida para hacer el cambio de historia: la revolución ciudadana, para mucha gente pobre es casi sagrada, porque es su único apoyo, es tan excepcional este fenómeno que no podemos empañarlo. Tan incuestionable es la necesidad de sacar de la pobreza y de la miseria a tanto niño y anciano desprotegidos, como incuestionable es su decisión de dar una respuesta definitiva a este problema, pero que el precio no sea vida por vida. Que no sea precisamente este proceso cargado de vida que atraviesa el Ecuador el que tenga que pasarle factura a la naturaleza y no a cualquier naturaleza: al ITT. Como es de su conocimiento, este país pertenece a la región más desigual del planeta, es decir, el problema no es la falta de recursos, sino la mala distribución de los mismos, tal vez este es el momento de afectar intereses, mejor aún si a quien se va a afectar son supuestos ecologistas.
Creo que hemos llegado a la hora de la verdad, en el caso de hacerlo, legitimidad es lo que le sobraría.
Por el carácter casi sagrado que tiene el Yasuní-ITT a nivel de vida, debemos apartar del tema a esas voces politiqueras convertidas en ecologistas de última hora, con deseos de pescar a río revuelto. Apartemos y apartémonos de la bullada consulta, porque usted y yo sabemos que la verdad no está dada por la mayoría de votos, a pesar de que así se mueva la política, el l ITT va más allá.
Tenemos que diferenciarnos de la locura neoliberal y al poner un pie en el ITT, no seriamos mejor que ellos. Que no sea este proceso ciudadano de transformación el que tenga que afectar sistémicamente al Yasuní-ITT talando la primera hectárea, ni la revolución ciudadana ni nadie.