El Gobierno ha puesto en jaque a los medios con el término de “actores políticos” . Es como una etiqueta de antimarca que no se la puede quitar porque en sus ejemplares no la ponen entre “comillas” y así el eslogan pasa de contrabando al imaginario popular, (se hace genérico) como si fuera una “verdad” .
Este lenguaje forma parte de esta cofradía de testaferros disfrazados de “poderes independientes” pero que cada vez más obviamente manifiestan ser incondicionales oficialistas.
El partido tiene un árbitro vestido con la camiseta de uno de los equipos y el otro equipo parece no darse cuenta. Si el Fiscal, el Consejo de la Judicatura, el de la Corte Constitucional, los medios públicos, los del Fisco, el Presidente de la Asamblea, y hasta el del CNE usan este mismo término acuñado por el Gobierno, y etiquetan como “actores políticos” a los medios libres (y nunca a los públicos que lo son también) ¿no es esa prueba suficiente, no es factor común, demostrando que todos los que han aprendido este mismo idioma en código, son alumnos de la misma “aula”?