Sin duda alguna, la oportuna y decidida actuación del señor Gobernador de la provincia del Guayas, Roberto Cuero, para cuestionar frontalmente al Juez que de manera solapada y sumisa puso en libertad a un supuesto delincuente confeso, debe servir de ejemplo para todos quienes tienen la responsabilidad de vigilar el desempeño de las autoridades dentro de sus jurisdicciones, especialmente en ciudades como Guayaquil, donde el desacato y la corrupción son alarmantes y evidentes, sin decir con esto que en otras ciudades y provincias no sucedan igualmente estos abusos y desatinos.
Además, es digno de aplaudir el respaldo que recibe el funcionario guayaquileño por parte del Gobierno, considerando que su intervención ha sido necesaria y fundamental para que se evite esta nueva manera de burlar a la justicia con la mayor sinvergüencería. Es hora ya de que se vayan eliminando a estos jueces que carecen de dignidad y decoro para ver si así se recuperan la seguridad y la tranquilidad ciudadana.