Hace años cuando se creó la primera unidad paramédica, del Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, le proveí de unas pancartas de primeros auxilios que me obsequió, generosamente, una unidad del Cuerpo de Bombero de la ciudad de Miami.
La pancarta se utilizó para entrenar a los paramédicos, que eran voluntarios de Medicina de la Universidad de Guayaquil, comandados por el Sr. Tello, hoy médico, salvaron a un niño atragantado con la moneda de un sucre y con un fuerte apretón en el estómago, expulso la moneda.
Me encontré con una amiga, al preguntarle por su nieto, me comentó que el niño casi se muere atragantado con un centavo y al comer los alimentos taponaron la vía respiratoria y se puso morado al no poder respirar, de urgencia lo llevaron a una clínica y la atención del niño le costaron la escalofriante suma de USD 2 000 por ser atendidos por médicos especialistas famosos en cobrar escalofriantes cifras de dinero. Tal vez, si hubieran llamado al 911, le hubieran mandado la unidad paramédica especialistas en primeros auxilios. Que los médicos ni se imaginan cómo atender en estos casos, pero si la oportunidad de embolsicarse una bicoca de dinero, sin ver las necesidades de los jóvenes padres que para salvar a su hijito tuvieron que recurrir a un préstamo.
Es importante que el 911, los UPC, Cuerpo de Bomberos, deban solicitar a sus colegas bomberos de Miami, que generosamente la regalaran unas de estas pancartas.