El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó los datos de la Encuesta Nacional de Empleo. El informe establece que entre marzo del año pasado y marzo de este año se perdieron unos 260 000 puestos de trabajo.
Además, el reporte menciona que en Quito fue donde más se sintió el desempleo: pasó del 7,1% al 9,7%, en el mismo período. Es decir, unas 22 000 personas se quedaron sin trabajo en este cantón. Además, la informalidad se apodera de las calles de la capital.
Los sectores más afectados por la pérdida de empleo se ubican en la manufactura, la construcción y la administración pública, según la Cámara de Comercio de Quito.
Si a eso se añade que los despidos en el sector público seguirán -para alcanzar la meta del ahorro de USD 500 millones en la masa salarial, como parte del acuerdo con el FMI- y con un sector de la construcción que no despega, porque la demanda de crédito hipotecario es lenta, ante la incertidumbre de la estabilidad laboral, el panorama del empleo en Quito y en el país es complejo.
¿Cómo atenuar la falta de empleo? Sin duda uno de los primeros pasos es concretar una reforma laboral desde el Ejecutivo, que permita viabilizar la modalidad de contratos especiales, sobre todo para los jóvenes.
Asimismo se espera que el sector privado asuma más protagonismo en el desarrollo económico. La Ley de Fomento Productivo I y la Ley de Fomento Productivo II, que se enviará en los próximos días, dan herramientas y estímulos para la gestión empresarial.
A la par, desde la administración municipal, se debe dar paso a la revisión y aprobación de los proyectos de nuevas inversiones que están represados – desde el año pasado- en el Cabildo capitalino, por falta de ordenanzas.
En el marco del Acuerdo por la Gobernabilidad es imperativo que el Ejecutivo, los empresarios y los trabajadores se reúnan para alcanzar un acuerdo por el empleo. Y si a eso se suma que en la Asamblea, por fin se apruebe la Ley de Emprendimiento, habrá mejores condiciones para superar esta inestabilidad.