Por Carlos Rojas (O)
Las tímidas premoniciones del presidente Rafael Correa, de que la economía tendrá este 2015 un bajísimo crecimiento, fueron confirmadas por el Banco Central del Ecuador. Más allá de los eufemismos técnicos (se usa el término desaceleración en lugar de recesión), inspirados por la urgencia política de capear el desgaste, lo cierto es que Ecuador registrará este año un crecimiento de apenas el 0,4% (el FMI lo pone en el -0,6%), que solo supera, en América Latina, a Brasil y Venezuela.
El de este 2015 será también el desempeño económico más bajo del correísmo en sus nueve años al frente del Estado. El discurso oficial –como siempre, muy poco autocrítico- atribuye a la baja del precio del petróleo y al fortalecimiento del dólar las razones del drástico enfriamiento. Sin embargo, hay otros factores que también explican las razones de estar -luego de 15 años- a puertas de una nueva crisis económica. Por ejemplo, el excesivo gasto público, los pocos incentivos del Estado para atraer inversión extranjera, la inexistencia de un modelo que dinamice la iniciativa privada, la política comercial ideologizada y el inconveniente esquema de endeudamiento que, por haberse alejado de los organismos multilaterales, hizo que Ecuador adquiriera préstamos a tasas altísimas de interés.
Más allá de este debate, el presente ‘post’ busca comparar en qué condiciones está el Ecuador en materia económica, con relación a los gobiernos del pasado. Para tal efecto se tomaron en cuenta los terceros años de gestión de los distintos presidentes de la República desde el retorno a la democracia, puesto que en mayo de este 2015 comenzó el tercer año del actual mandato de Rafael Correa.
La tabla que se muestra a continuación reúne, con rigor periodístico, 12 indicadores obtenidos de datos históricos y estadísticas del Banco Central, recopilados por varios autores; sin embargo no es un cuadro científicamente elaborado. Además, el proceso de dolarización iniciado en el 2000 dificulta, en cierta manera, una interpretación histórica más sólida de la cifras.
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IndicadorOsvaldo Hurtado 1983León Febres Cordero 1987Rodrigo Borja 1991Sixto Durán Ballén 1995Jamil Mahuad 1999*Gustavo Noboa 2002Gutiérrez / Palacio 2005Rafael Correa 2009Rafael Correa 2012Rafael Correa 2015Crecimiento PIB %-2,8-65,21,7-6,34,260,65,60,4**PIB per cápita11340100211461879142919592502336941306273Precio del Petróleo (ajustado a la inflación)6339,730,223,718,729,235,74810045,23Deuda pública con relación al PIB (%)66109111,177,4118,348,334,916,421,332Inflación (%)48,429,54922,860,79,43,14,314,164,14Devaluación (%)98,230,444,627,2175,6—–Índice de pobreza urbana (%)n/d38,944,829,246,324,323,422,616,1415,07Desempleo87,28,56,915,19,29,79,065,45,6Subempleo41,544,154,345,94651,847,1251,6639,8339,31Riesgo país—-360017076318118261404Salario mínimo vital577436338—–Salario básico unificado—–138,7174,9218292354
*1999 corresponde al tercer año de inestabilidad política y económica que vivió el país entre 1996-2000
** Es el porcentaje de crecimiento proyectado para el 2015 por el Banco Central
1 Los valores en dólares del PIB per cápita no están ajustados a la inflación.
Las celdas en color celeste corresponden al período de dolarización
En todo caso, a manera de una primera conclusión, se puede señalar que las preocupaciones del Presidente por la baja del crudo no debieran ser, ni de lejos, tan graves como las que tuvieron todos los presidentes que le antecedieron, con excepción del gobierno de Osvaldo Hurtado.
Sin embargo, el crecimiento del Ecuador del 2015 (0,4%) será cuatro veces menor que el de hace 20 años. En 1995, durante el gobierno de Sixto Durán Ballén, el PIB avanzó en un 1,7% matizado por un barril de petróleo que, traído a esta época, costaba la mitad del actual. Entre enero y febrero de ese año, cabe recordar, se produjo la Guerra del Cenepa la cual tuvo un impacto importante en las previsiones económicas.
Con petróleo más bajo que el de este 2005, los terceros años de Rodrigo Borja (5,2%), Gustavo Noboa (4,2%) y la transición entre Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio (6%) fueron más dinámicos.
Las previsiones para este 2015 se asemejan, sin embargo, a la tasa en la que creció Ecuador el 2009 (0,6%), durante el tercer año del correísmo. En aquella ocasión el país fue sacudido por la crisis internacional que golpeó a EE.UU. y que hizo bajar al petróleo a 48 dólares, cifra que cualquier otro presidente del pasado hubiera deseado pero que, comparado con los 100 dólares que llegó a costar el barril en el 2012, resulta menor.
En muchas de las discusiones económicas que se han presentado en los últimos meses, distintos analistas han mostrado su preocupación por un acelerado proceso de endeudamiento. De momento, el monto total de deuda pública en relación al PIB llega al 32%. Si bien es la cifra más alta de todo el correísmo, casi no se compara con los altos niveles de endeudamiento que tuvieron los presidentes del pasado, prácticamente por 20 años consecutivos (1983-2002). El monto actual de la deuda de Correa se parece a la que tenía el país en el 2005 (34,9%). Cabe recordar que al inicio de la revolución ciudadana, el Gobierno inició un proceso de renegociación de la deuda, nada convencional, que le permitió al país bajar de forma considerable su peso. Es así que para el 2012, el porcentaje de la deuda pública en relación al PIB llegó al 16,2%.
Aun cuando los montos de los que estamos hablando son manejables, vale señalar que en solo tres años (2012-2015) Ecuador ha duplicado su endeudamiento, factor que no se ha producido de forma tan drástica en períodos anteriores. De hecho, cabe apuntar que en gobiernos como el de Durán Ballén, Noboa y la transición Gutiérrez-Palacio, el peso de la deuda tiende a ser menor en relación al de sus antecesores.
La situación económica por la que ha atraviesa el país también puede leerse desde los índices de riesgo país. El actual valor (1 404 puntos) lastimosamente comienza a tomar dimensiones parecidas a las registradas en el 2002, cuando el Ecuador empezaba a salir de la crisis económica de 1999.
A través de este ejercicio comparativo también se puede constatar que los indicadores sociales del país son mucho más altos de los que tenía el Ecuador entre 1983 y el 2002.
La baja inflación, que aún es parte de las ventajas de un país dolarizado, ha permitido no solo que el PIB per cápita se cuadruplicara en tan solo 15 años (1999-2015), desde que entró a regir el nuevo esquema monetario. En ese período de tiempo, la caída de la pobreza urbana fue de más de 30 puntos. El desafío de Correa en este, su año más difícil –aunque no más que el de presidentes anteriores-, es mantener a flote y luego fortalecer los buenos indicadores sociales, pues son un patrimonio no solo de su gobierno, sino de toda la sociedad.
Tras comparar el desempeño económico y social del país entre los años en los que regía el sucre frente a los de la dolarización, se puede afirmar que no es el momento de lamentarse porque el actual sistema monetario no permita devaluaciones. Hay otras formas de blindar la economía.
Fuentes consultadas:
Banco Central del Ecuador
Datos proporcionados por Vicente Albornoz
Libro:
Deuda y Desarrollo en el Ecuador Contemporáneo (2002)
Dolarización y Regímenes Monetarios en el Ecuador (2005)