Hace poco encontré el DVD de la película ‘Leaving Las Vegas’ (1995). Le había perdido el rastro; parecía que la vida quería que saliera de mi sistema. Tal vez era nociva para mis recuerdos universitarios. Verla nuevamente implicó un proceso de catarsis; expiación de algunas culpas y reconocimiento de un montón de temores.
‘En Leaving Las Vegas’ se narra la agonía alcohólica de Ben Sanderson (interpretado por Nicolas Cage), un guionista hollywoodense que “empezó a beber porque su esposa lo dejó o porque ella no lo dejaba”.
La verdad ese es uno de los enigmas que se incrustaron en mi cabeza en los años de universidad cuando quería ganarme la vida contando historias. Sanderson es abandonado por la industria del cine y decide beber hasta morir en Hollywood. Recibe un cheque que le sirve para comprarse todo el trago que le permitía seguir cuerdo.
Hollywood suele autocriticarse como forma de expiar otras culpas, pero aquí hace más bien un reflejo de una sociedad que busca el triunfo y una vez que los cumple ¿qué pasa?. La felicidad solo se consigue con el éxito, decían.
En el inicio de la película Ben Sanderson ya tenía todos los éxitos del sueño americano: un BMW, una casa en California… buenas relaciones laborales. Entonces, eso era lo duro en plena universidad (pública) ¿Para qué triunfar en el Capitalismo si a la final eso no es suficiente?
La película estuvo a punto de no realizarse porque su guionista y autor de la novela en que se basó la cinta, John O’Brien, se suicidó; parecía que sus escritos eran el anticipo de lo que se maquinaba en su mente. Un guionista puede construir sus mundos felices o sus infiernos deseables y los que nos sentamos en las butacas decidimos a cuál de ellos unirnos.
Ben, el personaje de la cinta, decidió ser feliz en la agonía. Se encontró con Sera, una hermosa prostituta de Las Vegas (eran los mejores años de Elisabeth Shue) y ambos admiten el juego: “yo te acepto por lo que haces y tú nunca me pidas que deje de beber”, le dice Ben antes de embarcarse en la relación. Las reglas del amorío son tan duras, pero justas para dos solitarios.
Justo ahí partía otra ilusión (y a la vez temor). ¿En la vida se puede llegar a esos niveles de entendimiento de pareja? ‘Leaving Las Vegas es cruel para responder. El amor es tan perfecto cuando se aceptan las imperfecciones, pero cuando las normas de la pasión no se cumplen, aparecen los inconvenientes; cruel moraleja hollywoodense.
La relación de los dos personajes se construye desde la imperfección social en una ciudad (Las Vegas) estereotipada como un altar de los pecados capitales.
Nada de eso está en el contexto de ‘Leaving Las Vegas’. Lo duro de la película se amortigua con un ‘soundtrack’ genial liderado por Sting, cuyas canciones son tan tristes como los ojos de la prostituta Sera. Alguna vez, Joaquín Sabina dijo que admira a las damas de la calle porque cobran poco por lo que hacen. Ben pagó una sola vez a Sera y no hicieron el amor; Ben solo quería compañía para su soledad. La felicidad no viene con el éxito es todo al revés, la felicidad trae éxito; Ben se enamoró cuando ya se emborrachaba para morir.
LAS CURIOSIDADES
El actor Nicolas Cage interpretó a Ben e incluso –como parte de su preparación- optó por beber alcohol y grabarse en video para ver cómo se comporta. La preparación le permitió sacar su mejor actuación, tanto que le valió el Oscar a Mejor actor. El alcohol es su alimento, de hecho en toda la película el personaje jamás prueba un bocado.
Nicolas Cage hizo tan bien este papel que hasta se ganó un Oscar y luego nunca más pudo superarse, tanto que ahora hace cualquier cosa.