¿Intolerancia en Colombia?
Claudia López y Angélica Lozano, congresistas del Partido Alianza Verde. Foto: Twitter: @CLOPEZanalista
Viví tres años en Bogotá y es posible que el titular de esta columna moleste a algunos.
Pero ¿por qué la pregunta se plantea así? Directo al grano: El martes 19 de mayo, Colombia estaba pendiente del pronunciamiento de la Procuraduría General en torno a un tema que en principio no debiera ser espinoso ni el meollo de un debate.
Se esperaba la opinión de la Procuraduría sobre si Claudia López, de 45 años, y Angélica Lozano, de 40, -ambas del partido Alianza Verde- pierden o no su curul en el bicameral Congreso colombiano. La primera en el Senado y la segunda en la Cámara de Representantes.
¿Cuál es el fondo del problema? El abogado Víctor Velásquez, quien es también un pastor protestante, solicitó que las políticas fueran despojadas de su investidura parlamentaria. ¿La causa? El demandante ha señalado que tienen una unión sentimental estable” (es decir, son pareja) y por ese motivo no podían inscribirse en un mismo partido para terciar en los comicios legislativos del 2014.
La delegada de la Procuraduría colombiana, Patricia Ariza, finalmente se pronunció y solicitó ante el Consejo de Estado (CE) que se mantuviera la investidura de las dos congresistas.
Pero el asunto no termina ahí: ahora el CE –el más alto tribunal en Colombia de lo contencioso y administrativo- deberá dar un dictamen definitivo en los próximos días.
Lógicamente, el caso ha activado una ola de polémica en el país gobernado por el presidente Juan Manuel Santos.
La más dura reacción ha salido de Colombia Diversa. Mauricio Albarracín, el representante de la ONG defensora de los derechos de la comunidad Glbti, ha señalado que las legisladoras no tenían una unión marital de hecho y que detrás de la demanda existe una persecución, conforme destacó Caracol Radio.
López, por su lado, ha reiterado que la acción legal de Velásquez “muestra el odio del demandante por mi condición de mujer, a mi condición de luchadora contra la corrupción, la parapolítica (…) No tengo nada porque sentirme avergonzada, estoy felizmente enamorada pero también estoy felizmente soltera, de manera que en mi vida tanto privada como pública no tengo nada que ocultar", según difundió la emisora bogotana La FM. Asimismo, ha admitido que, a pesar de que mantiene una relación con Lozano, su estado civil es de soltera, y su relación no representa una conducta contraria a la Ley”.
Lozano, en tanto, ha etiquetado la demanda de “homofóbica”. También ha arremetido contra Velásquez calificándolo de “pastor homofóbico”.
Esta no es la primera controversia que afronta López. La excolumnista de El Tiempo salió del diario bogotano dando un portazo. Fue despedida en octubre del 2009 a raíz de la publicación de una columna de opinión suya. En esta acusaba al rotativo de ‘maquillar’ la información referida al caso de Agro Ingreso Seguro, uno de los escándalos que dejó como legado el doble mandato de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), con el objeto de favorecer la candidatura presidencial de Juan Manuel Santos. El rotativo sacó a la luz el texto y al final del mismo agregó una nota en la cual decía que el contenido debía entenderse como una renuncia, que aceptaba de inmediato.
En el 2011, la jueza 23 penal de Bogotá absolvió a López de los delitos de calumnia e injuria que motivaron una demanda planteada por el expresidente colombiano Ernesto Samper (1994-1998), actual secretario general de la Unasur. El proceso se abrió por una columna aparecida en El Tiempo, en el cual la articulista de opinión mencionaba, entre otras cosas, “la narcofinanciación de la campaña presidencial de Samper”.
Y en el programa radial Hora 20, la senadora lanzó -el mismo martes- dardos al propio Santos. Aseguró que “el Presidente solo representa su círculo de amigos” y que la visión de paz que tiene el Mandatario “es extremadamente miope”.
De tal forma que persisten la controversia y, de paso, la pregunta que plantea el titular de este texto.
Lo que está claro es que López resulta una figura incómoda para sectores colombianos y quizá eso explica la intolerancia.