La Silla Vacía

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Adela Cortina y su propuesta: la ‘ética de los mínimos’

Emilio Cerezo, catedrático, se refirió a la ‘ética de los mínimos’, en una interesante entrevista realizada por Ivonne Guzmán, publicada por El Comercio, el domingo 21. Cerezo mencionó a Adela Cortina Orts, una filósofa española, que reflexiona sobre este tema tan actual como complejo –la ética- que debe ser materia no solo de estudio sino de práctica en la cotidianidad. ¿Es que hemos ‘domesticado’ a la ética? Algunos aporte de Cortina.

Se dice que la ética no está en crisis sino la práctica de la ética. Pero ese no es el problema de fondo: lo que preocupa es que el mundo gira –para ateos, cristianos o agnósticos- hacia un relativismo moral o anarquismo ético, donde los referentes ya no existen o no se practican.

Ética civil

Este supuesto ‘decaimiento’ de los valores que antes se consideraban inmutables es el resultado de cambios planetarios, que son imperceptibles e impactan progresivamente en los hábitos y comportamientos en todos los escenarios de la vida humana.

En ese sentido, la importancia de la ética rebasó las fronteras del currículo o del marco de la escuela, la familia y de los conventos. O como una cuestión exclusiva de los profesores de filosofía o de los sacerdotes. La ética tiene ahora una fachada y un contenido diferente, y a veces divergente de los cánones o normas instaladas otrora por los dogmas. Está naciendo una ética civil como una sólida propuesta desde los sujetos y no desde la autoridad religiosa, que luce envejecida y, en ocasiones, de espaldas a los tiempos.

¿Qué es la ética’

‘La ética es una rama de la filosofía, que estudia las cosas por sus causas (universal y necesario) y el comportamiento humano’. También es conocida como una disciplina que se relaciona con la moral y las costumbres de una sociedad. Se habla de ‘ethos’, es decir, de un contenido cultural que marca la identidad y la diversidad de los pueblos y naciones: su ser y modo de ser.

Para Aristóteles, la ética tiene un objetivo central: la búsqueda de la felicidad. Epicuro, en cambio, sostenía: ‘comamos y bebamos que mañana moriremos’. De todos modos, para los griegos lo más importante era la vida intelectual, antes que la entrega a los placeres y la riqueza, ‘lo que no excluye el goce moderado de los placeres sensibles y de los bienes en general, siempre y cuando no impida la contemplación de la verdad’. De ahí nace en Aristóteles el concepto de virtud, que consiste en la justa medida, para lo cual es necesaria la prudencia. Por eso, la virtud más elevada es la justicia.

¿Existe un gen de la ética?

Adela Cortina, investigadora española, responde: ‘Existe una dimensión ética en el ser humano, a la que ninguno puede renunciar. Esto es innegable. Pero algunos neuro científicos aseguran que se puede fundamentar una ética universal desde el cerebro. Eso es lo que está por ver’.

El pensamiento de Adela Cortina se inscribe dentro del denominado ‘procedimentalismo y la ética discursiva, que presenta como marco teórico a Kant, Hegel, Habermas y Apel. Ella sostiene -junto con Apel y Habermas- la racionalidad del ámbito práctico, el carácter necesariamente universalista de la ética, la diferenciación entre lo justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las normas correctas mediante el diálogo’.

¿Ética mínima?

Un punto de partida –según Cortina- serían los derechos humanos (el ámbito ético de tales derechos), como marco de la promulgación de los códigos jurídicos vigentes.

Un criterio válido para promulgar dichas normas sería contemplar la variedad de creencias que se encuentran en las distintas culturas a las que los hombres pertenecen. ‘Así –dice la escritora- los derechos humanos son un tipo de exigencias cuya satisfacción debe ser obligada legalmente y por tanto protegida por los organismos correspondientes, y el respeto por estos derechos es la condición de posibilidad para poder hablar de hombres con sentido’.

Dice Cortina ‘que en una sociedad democrática y pluralista tiene sentido no inculcar en los jóvenes la imagen el hombre ideal, imagen solo admitida por algunos grupos que la componen, pero que tampoco la sociedad debe renunciar a transmitirle actitudes sin las que es imposible la convivencia democrática’.

‘De allí la importancia de explicitar los mínimos morales que una sociedad democrática debe transmitir: que son principios, valores, actitudes y hábitos a los que no se puede renunciar, pues hacerlo sería renunciar a la vez a la propia humanidad. Tal vez no responde o no puede responder a todas las aspiraciones que compondría una moral de máximos, pero es el precio que hay que pagar por pretender ser transmitida a todos’.

Dos preguntas de la ética

Dice Adela Cortina: ‘El interés por el bien de los hombres concretos, el objetivo de la ética, ha ido expresándose de modos diversos en el curso de la historia, pero son dos las grandes preguntas que preocupan a la ética: 1) ¿Qué se puede hacer para ser felices? Pregunta por el bien positivo. 2) ¿Qué se debe hacer para que cada hombre se encuentre en situación de lograr su felicidad? Pregunta por el sustento indispensable del bien positivo’.

Les recomiendo los siguientes libros de Adela Cortina Orts: ‘Ética de la razón cordial’, ‘Ética mínima: Introducción a la filosofía práctica’, ‘Ética sin moral’, ‘La moral del camaleón: ética política’ y ‘Ética aplicada y democracia radical’, entre otras.