Segunda jornada de pausa, que sirve para igualar trámites, ponerse al día en las obligaciones y ajustar las cuentas. O al menos eso debería pasar. El Mundial ofrece algunas cuentas un poco tristes: mientras un puñado de jugadores y dirigentes se apresta al reparto de los millonarios premios por ir al torneo, en Ecuador los jugadores saltan al campo de juego con pancartas en que se quejan por los sueldos impagos.
¿Y el máximo líder del fútbol ecuatoriano, dónde está? Bueno, está en Brasil, disfrutando del Mundial.
Tiene derecho de estar en Río de Janeiro como miembro de la FIFA, quizás la organización que más lucha por mantener unido al mundo occidental junto a la Iglesia Católica y, claro, la OTAN. La FIFA incluso tiene templos más aglutinadores y armas más efectivas.
Pero es una enorme muestra de insensibilidad que el líder extienda tanto su ausencia del país en momentos en que la pauperización de la Serie A y la Serie B lleva a los jugadores a hipotecar la dignidad con estos letreros. Es una especie de mendicidad. No hay justicia. Por eso muchos dirigentes se negaron a viajar al Mundial como invitados porque les dolía en el alma verse bebiendo caipirinhas y degustando manjares, así sea de cortesía, mientras sus jugadores estaban viviendo de fiado en la tienda. Al menos hubo coherencia.
La Ecuafútbol, en lugar de atender esta urgencia, prefirió colgar en su página web un mensaje de apoyo del presidente Rafael Correa a la Tricolor. ¿What? La Ecuafútbol, desesperada por el descrédito ante el público, busca avales en donde sea. Pero esto ya se parece a aquellas escenas en que el Mandatario pedía, exigía y luego hasta rogaba para que los quiteños votaran por Barrera. No los convenció y ganó Rodas. Y ahora tampoco puede hacernos creer que la Selección hizo un buen Mundial ni que la Ecuafútbol merece un aplauso, y menos con esos letreros mendigos de los jugadores en los estadios. Ojalá que este espaldarazo oficial no sea por las nuevas corrientes de la reelección indefinida que soplan por ahí. La Ecuafútbol necesita, más que nunca, alternancia, aire fresco, nuevas ideas.