Algunas amigas lo comparten todo, incluso los periodos. Foto: Pixabay.
Dicen que es de ‘amiguis’. Pasan mucho tiempo juntas y de repente sus periodos se sincronizan. Por ahí se las ve con todo lo que esto implica, los dolores, los malgenios e incluso los cambios emocionales. Ya sabes, Andrés es siempre un visitante grato. Si no nos crees, este video te lo demuestra.
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Seguro ya pensaste en tu mejor amiga, tu mamá, tu hermana o en dos mujeres que conoces a las que les ha pasado. La sincronización de los periodos de las mujeres fue demostrada en una investigación hecha en 1971 por Martha McClintock. En ese año, la investigadora pidió a 135 mujeres que vivían en una residencia universitaria que mantengan un registro de las fechas de inicio y fin de sus periodos. ¿Qué crees?, al final de la prueba todas habían experimentado una especie de sincronización.
Pero, ¿por qué sucede esto?, ¿qué clase de brujería es?, la respuesta es ninguna. Según explica la endocrinóloga Paola Jervis, la sincronización se da como consecuencia de la reacción de las feromonas.
Las feromonas son sustancias químicas secretadas por el cuerpo de los seres vivos. El término fue acuñado en 1950 y viene del griego, su traducción más literal es ‘lleva-estímulo’ o ‘lleva-hormonas’. Para entenderlo mejor, digamos que las feromonas son una especie de comunicación no verbal entre dos seres vivos.
La investigación de McClintock fue publicada sin que ella pudiera determinar si las feromonas eran o no las causantes de la sincronización del periodo menstrual de las mujeres. Más adelante, estudios realizados por otros científicos así lo comprobaron. Para Jervis no hay otra explicación, tienen que ser las feromonas las causantes.
Pero el llamado efecto McClintock ha sido fuertemente cuestionado dentro de la comunidad científica. En un estudio hecho en el 2006 por Yang Zhenwei y Jeffrey C. Schank se reexaminó la teoría con dos métodos distintos. Los investigadores recolectaron datos de los ciclos menstruales de 186 mujeres chinas que compartían una vivienda universitaria por un año. “Encontramos que los periodos de mujeres que viven juntas no se sincronizan”, aseguran.
En segunda instancia, los autores del estudio aseguran haber revisado el primer informe de la sincronización del periodo. “Encontramos que la sincronización es algo casual”, aseguran. Estos dos investigadores además determinaron que existen convergencias y divergencias posteriores a los inicios del ciclo menstrual, esto puede explicar la percepción que se tiene de la ‘sincronía’.
En este caso, y solo en este caso, las alteraciones de los ciclos menstruales no constituyen una patología. Jervis asegura que la relevancia de este tema es más bien anecdótica. “Es muy bonito y hasta suena románico”, dice Jervis”, pero en el campo de la endocrinología no se toma en cuenta.
Es decir, si ves con tu mamá o tu hermana o tienes una relación bastante cercana con una prima o una amiga y empiezas a notas que tus periodos se alteran, el médico no te va a preguntar con cuántas mujeres vives. Según la especialista el hecho de vivir o convivir con otras mujeres no tiene relevancia en el momento de intentar determinar una patología. “En caso de ausencia de periodo, nos enfocamos en trastornos menstruales”, asegura.
Así que, si en tu casa o en algún otro lado, por razones que todavía no se logran comprender, los periodos de las mujeres se sincronizan, ¡a armarse con ibuprofeno!, o algo para parar el dolor, hasta que la ciencia logre determinar por qué mismo Andrés decide dar solo una visita a las más cercanas.